jueves, 9 de febrero de 2012

Anatomía de un cupcake y lo que necesitas para hacerlos.

Este post va dedicado a mis primeros oyentes, a los que estaban ahí detrás de las ondas escuchando mi intervención primera en la nueva sección de cocina del programa Huelva en la Onda, de Onda Cero. Recordaros que sigo todos los martes a las 13.30 y que espero vuestra participación a través del facebook o telefónicamente.

Vamos a terminar de aclarar qué es un cupcake. Os cuento un poco en qué consiste el pastelito en cuestión. Como ya dije el otro día, Laura Pérez, de Happy Day, una pastelería americana especializada en cupcakes, dice que los cupcakes "son magdalenas con glamour, que tienen como maquillaje".

Pues justo, porque aunque un cupcake nada tiene que ver con una magdalena, es verdad que sí tiene la misma forma, pero con la particularidad de esa crema maravillosa que la cubre y que se llama frosting (el maquillaje).



¿Y de dónde viene la palabra cupcake? Pues del inglés. Desde el siglo XIX se están haciendo estos dulces en Norteamérica y toman su nombre de las medidas que usan en ese país para poner los ingredientes. En vez de pesarlos los miden en cups o tazas.

Así que tenemos un dulce propio de la gastronomía de Estados Unidos (aunque probablemente heredado de Europa) que tiene la forma de una magdalena, pero que es más parecido a un pastelito suave y esponjoso que al típico bizcocho más sequerón de una magdalena.


Más diferencias:

1. Los cupcakes tienen sabores (de chocolate, de limón, de carrot cake, los red velvet, de plátano...)
2. No se mojan, como las magdalenas, y para quedar bien, se deben comer con cucharita de postre (¡pero yo me los como a bocados!)
3. La decoración es muy importante, casi tanto como su buen sabor. Por eso los frosting (e incluso la propia masa) se suelen colorear, o se usa fondant de diferentes formas. Asimismo, se terminan de decorar con lo que llamamos topping. ¡Y os aseguro que hay mucho mundo más allá de los fideos de chocolate!

Fotografía original de Patricia del Sol (fotografía del Sool)

Para hacerlos en casa sólo necesitáis una buena receta (como alguna de las que aparecen en este blog) y:

1. Un molde para cupcakes de aluminio o acero inoxidable (mis favoritos) o silicona.


2. Los capacillos para meter dentro de los moldes. 


3. Topping diferentes: fideos de colores, bolitas, corazones, azúcar de colores...
4. Un peso o las medidas en cups.

También son útiles, pero no necesarios, una batidora con brazo de varillas, una varilla manual para batir y una manga pastelera con distintas boquillas.

Hay cositas para la decoración de cupcakes y fondant en un sitio genial en Huelva, Esmeraldita la Fantástica. Actualizo. Ahora hay muchos más. Entre ellos Cintita y sus tartitas o Tophouse Chocolate.

¿Y por qué los cupcakes ahora? Pues porque son tendencia, porque están de moda (en realidad llevan ya unos 10 años de moda), porque la famosa serie Sex in the city (Sexo en Nueva York) los popularizó y con ellos la pastelería neoyorquina The Magnolia Bakery, visita obligada de todos los flipados de los cupcakes cuando viajan a la Gran Manzana.

Foto original de Lauren M. Krauze


Además, la eclosión de estos pastelillos coincide con un gusto por lo mono, lo lindo y lo naïf. Con la tendencia kawaii imperante en la cultura pop.

Y si os parece que es demasiado guiri comerse un cupcake o cocinarlo, os diré que podemos adaptarlos a nuestros gustos y aprovechar nuestros ingredientes locales. De hecho, eso es lo que aprendí a hacer con Lochy, de Cocino para ti, en un curso estupendo de cupcakes decorados. Usamos mermelada de naranja amarga sevillana y cabello de ángel, por ejemplo, o merengue en lugar de buttercream.

Y también los hicimos salados, riquísimos, porque un frosting puede ser de salsa rosa y un topping de huevas de lumpo. Y ésta es la clave para muchos pasteleros. Así me lo hizo saber la encargada de The cupcake shoppe, en Louisville, Kentucky (USA) este verano. La señora se moría por tener a mano membrillos y hacer con ellos unos cupcakes y me animó a usar ingredientes de mi zona para hornear los míos. Y ésta es la fusión que a mí me gusta.



Y por útlimo os doy un dato curioso que leí en un artículo de El Comidista. Según el Wall Street Journal, la venta de cupcakes es uno de los pocos negocios a los que la crisis no ha afectado y además ha ido a la alza. Por lo visto, los vendedores de cupcakes españoles dicen lo mismo.

Mi opinión personal es que son un pequeño capricho, que no es caro comerse un cupcake y que ese bocado dulce nos evade de la cruda realidad y nos lleva a un paraíso artificial de los de Baudelaire, pero sin drogas (bueno, ¿acaso el azúcar no lo es?)

Y Solamenterocio estuvo en el PLOCC Manta 7... (y nuevo modelo de camiseta)

Pues, como os dije, allí estuve. Echamos un día la mar de apañao. Combatimos el frío del ultrainvierno con las buenas compañías de los compis artesanos y, afortunadamente, también se vendió algo, que siempre viene muy bien al bolsillo.

Esta edición del PLOCC Manta ha sido una maravilla. El parque Antonio Machado es una preciosidad y me gustaría que le sacáramos más partido en nuestra ciudad. Muchísima gente pasó por allí. A ciertas horas no se podía ni andar. Los puestos estaban preciosos (¡aunque pude disfrutarlo poco porque estaba solaen el mío!) y me reencrontré con gente que hacía mucho que no veía. Y los conciertos, y la rifa, y los perros, y los bocatas... ¡qué alegría de domingo!

Total, que sólo puedo poner una buena nota al día que pasamos en el parque. ¡Ay, es que me enamoro de la PLOCC cada día más! Os dejo fotos del puesto. ¡Y que no paren los PLOCC Manta!

























Nuevo diseño, con dibujo de Kajsa Wikman.



































Aportación en clave craftivismo para el sorteo a beneficio de la PLOCC. También está venta, pero sin la falta de ortografía, jejeje!.